Los revestimientos y frisos son elementos arquitectónicos utilizados en la decoración de interiores para embellecer paredes y techos, aunque tienen diferencias significativas.
Los revestimientos son capas aplicadas sobre superficies para protegerlas o mejorar su apariencia. Pueden estar hechos de diversos materiales, como madera, PVC, cerámica, piedra, metal y fibra de vidrio. Además, pueden ser enrastrelados (colocados sobre una estructura de rastreles) o adhesivos (pegados directamente a la superficie). Los revestimientos pueden tener efectos 3D, imitando ladrillo, piedra o madera.
Por otro lado, los frisos son paneles decorativos que cubren parcial o totalmente una superficie, agregando textura y estilo a los espacios. Suelen colocarse en la parte inferior de las paredes, generalmente a media altura. A menudo, se colocan para ocultar imperfecciones en la parte inferior de la pared o para dar un toque decorativo a la pared. Los frisos suelen ser de madera, PVC o MDF.
Aunque ambos pueden estar hechos de materiales similares, los revestimientos tienden a abarcar toda la superficie, mientras que los frisos suelen ser paneles más decorativos colocados en áreas específicas.
Por otro lado, las tarimas también se puede colocar en paredes y techos y son una variante de los frisos, que consisten en paneles de madera o PVC diseñados para revestir estas superficies, agregando calidez y profundidad al ambiente.
En resumen, mientras que los revestimientos protegen y embellecen superficies completas, los frisos añaden detalles decorativos, y las tarimas para paredes y techos ofrecen una opción estética y funcional para revestir estas áreas.